1-En el Tibet, nación asiática conocida como el techo del mundo, los hijos del mismo padre compartían una misma esposa porque así la familia solo organizaba una boda por generación.
2-Al acto sexual fuera del matrimonio, y sobre todo al que se paga, se le denomina fornicación, vocablo que proviene del latino fornice, ángulo interior de los puentes, porque era en esos sitios donde las prostitutas de la antigua Roma brindaban sus servicios.
3-Para los indios sinonó, del alto Amazonas boliviano, tener relaciones sexuales en presencia de otras personas no significa un problema. Sin embargo pueden ser castigados si se les sorprende comiendo en público.
4-En la Grecia clásica las esposas no podían comer con sus maridos, sino que permanecían en una habitación destinada especialmente a ellas, el gineceo, y para “saber” si eran fértiles se les colocaba un diente de ajo en la vagina: si al otro día su boca no olía a ajo se consideraba que sus conductos estaban cerrados.
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