Thursday, April 22, 2010

Himno Nacional Dominicano


Santo Domingo.- El Himno Nacional dominicano fue interpretado por primera vez el 17 de agosto de 1883, en el local de la Logia Esperanza, situado en la calle de Las Mercedes número 4, en Santo Domingo. Esa primera ejecución en público se realizó con ocasión de una reunión celebrada por toda la prensa nacional. Pero el bautismo histórico de la composición de José Reyes y Emilio Prud’Homme fue el 27 de febrero de 1884.

En aquel día, el Himno Nacional se tocó durante todo el recorrido de la procesión que llevó en hombros los restos del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. A partir de este momento, comenzó el lento proceso de su popularización en el seno del pueblo dominicano.


Sus orígenes

¿Cómo se originó la composición del Himno Nacional? Ciertamente la creación de las estrofas de este canto heroico exigía determinadas virtudes de su creador. Se necesitaba una vena épica, un patriotismo auténtico, una visión elevada, y una perseverante disposición para pulir y repulir la obra hasta su perfección. Y Prud’Homme, poeta, maestro y abogado puertoplateño, poseía esos atributos.

Primero, la obra fue al encuentro de su autor. Lo vio por primera vez en su juventud. El maestro José Reyes había concebido la música de un canto, el himno a la patria. Pero faltaban las estrofas.

Así que invitó confidencialmente a Emilio Prud’Homme, su amigo, a escribir las letras. Éste accedió entusiasmado. La gloria de producir un himno que arraigue en el corazón del pueblo era una especie de sueño.

El poeta hizo suyo el reto, y desde entonces empezó su lucha fervorosa por este ideal. Prud’Homme trabajaba lenta y cuidadosamente en la realización de su canto heroico. Cada verso era como una “destilación fragmentaria de su alma”, hasta que toda ella fue volcada en el producto final. Una vez escrito el Himno Nacional, se hizo su primera ejecución en público en la fecha y lugar ya señalados. Sin embargo, su moldeación vio la luz catorce años después, en 1897.

En esa ocasión, el presidente Heureaux lo hizo canto solemne, destinado sólo para actos públicos u oficiales.

Y más tarde, en 1934, el presidente Trujillo lo consagró como símbolo nacional. Además, hizo obligatorio que el pueblo le rindiera homenaje.

De esta manera, Prud’Homme logró su objetivo. Pero esta conquista admirable no llegó sin complicaciones. Cuando él daba los toques finales a su obra, una intempestiva polémica se había trabado en torno a ella.

UN CONCURSO CELEBRADO PARA ELEGIRLO
Inconvenientes
Un nuevo obstáculo había surgido en el camino. Federico Henríquez y Carvajal, otro intelectual de renombre y prestigio social, presentó al público unas estrofas tituladas “Himno Nacional dominicano”. Entonces, LISTÍN DIARIO abrió un concurso para que el público escogiera el canto de su preferencia; si aceptaba el himno con la misma música de Reyes pero con letras de Henríquez y Carvajal o las de de Emilio Prud’Homme.

Ante la multitud de opiniones expresadas, LISTÍN DIARIO declaró desierto el concurso. No obstante, interrogado Lilís al respecto, dijo: “Bueno, mis queridos señores. Yo no sé nada de música, pero tengo mucha fe en ustedes que como peritos en eso me dicen que han elegido el himno ‘del blanco’, y yo, naturalmente, respeto mucho su elección, pero resulta que yo quiero el himno ‘del negro’. Desde entonces los dominicanos escuchamos el himno ‘del negro’, el de Prud’Homme.

listin.com.do

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